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    ¿Cuál es el papel de la mujer en la sociedad?

    El siglo XVIII y principios del XIX consistía en una sociedad agrícola en la que el hogar trabajaba como una unidad, contribuyendo cada uno al crecimiento y la prosperidad de esta unidad. La educación y la atención sanitaria se proporcionaban dentro de la casa. Cada miembro de la familia se dedicaba a una habilidad que mejorara su viabilidad económica.

    Es bueno saberlo

    Estos valores eran una parte esencial de su vida y sus logros se medían en función de su laboriosidad. Junto con la industrialización, el siglo XIX trajo consigo un cambio en la familia como unidad cohesionada. Las influencias externas dirigían el camino que tomarían. La casa ya no era el centro de la producción económica, sino que era el catalizador donde se expulsaba todo el trabajo. Las instituciones educativas y sanitarias se convirtieron en los guardianes de sus hijos. Se empezaron a formar clases y las familias independientes dejaron de ser la norma para convertirse en la exclusión.

    La era de la familia independiente fue sustituida por un desarrollo de los hogares en la pobreza, la desesperación, la soledad y la frustración. Los niños de la calle, la alta tasa de divorcios, las familias con dos sueldos, los hogares unipersonales y también la disminución del respeto a los ancianos es una práctica frecuente. Además, el papel de la mujer en la sociedad moderna ha cambiado radicalmente. Al explorar la cuestión de si existe una carga para las mujeres de hoy, la inmensa mayoría de las chicas con las que hablé dijeron que sí. Una cuestión clave es la de la respetabilidad. Una "madre que se queda en casa" no se considera que tenga un papel importante en la sociedad moderna. A esto se añade la presión de tener que trabajar para poder llegar a fin de mes.

      ¿Cómo ser una mujer equilibrada?

    Conclusión:

    Además, no se la aprecia por las muchas contribuciones que hace a sus seres queridos y a la familia. En esta sociedad patriarcal, la maternidad es una prioridad muy baja. Si una mujer se ve obligada a ir a la oficina, se le sigue considerando menos que a los hombres. Por desgracia, las mujeres tienen que competir cada día para obtener el respeto que tanto merecen. Recientemente, el Congreso aprobó la Ley Lily Ledbetter que permite la igualdad de remuneración por el mismo trabajo. Aunque se trata de un fantástico paso adelante en el ámbito de la remuneración, sigue existiendo el tema del respeto. Fue la atención de esta campaña presidencial, y aún debe ser abordada ahora.

     

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